Estamos en la Semana Mundial por el Parto Respetado 2016, este año el lema de la semana es Mi Cuerpo, Mi Decisión, Mi Bebé.
He de decir que mientras siga habiendo esta semana marcada en el calendario, algo no estamos haciendo bien.
Tener que pedir el respeto por parte de unas profesiones a las que su código deontológico se lo presupone, no está bien.
Los profesionales sanitarios tratan (tratamos) con las personas en momentos cruciales de la vida, íntimos, difíciles, delicados... y siempre debemos exigirnos este plus de empatía, de respeto, de humanidad, SIEMPRE. Y mucho más en procesos en los que la persona que está ante nosotros se siente vulnerable... no podemos hacerla sentir incapaz.
Menospreciar la sabiduría del cuerpo es algo que forma parte del subconsciente colectivo de estas profesiones, me incluyo como enfermera, porque nosotros nos dedicamos a curar o arreglar esas cosas que no funcionan bien. Y tanto nos lo hemos creído que hoy hasta menospreciamos al cuerpo y su saber cuando ni siquiera ha habido fallo alguno.
El embarazo y el parto/nacimiento no son procesos patológicos.
Me canso de decir esta frase, pero es que es así, y muchos aún no lo han comprendido.
Es un momento vital, un proceso por el pasa el cuerpo para gestar y acompañar a la vida. Y es distinto de cualquier otra experiencia que podamos tener con pacientes en el hospital.
Por eso aún no comprendo que los partos y nacimientos sean en el lugar al que solemos ir cuando nos ponemos enfermos... esto hace que de alguna manera las mujeres embarazadas nos sintamos "pacientes".
Hay una cosa que estudiamos todas las profesiones sanitarias, la Ley General de Sanidad, en la que se proclama la Autonomía del paciente o cliente como uno de los pilares de nuestro sistema de salud, de nuestra atención sanitaria.
En general esto no ocurre demasiado claramente, nos ponemos en manos de los médicos y sentimos que no tenemos que dar nuestro consentimiento más que cuando nos van a meter en quirófano. Pero es muy importante que comprendamos que nosotros somos los verdaderos responsables de nuestra salud, y que no estoy en sus manos para que hagan lo mejor para mí, sino que yo tengo que ser parte de las decisiones que se tomen, tengo que ser, de hecho, la principal parte, porque la decisión final sobre todo lo que se vaya a hacer o no hacer, debe ser mía.
Esto es en cualquier situación de salud-enfermedad a la que me enfrente, y lo es también para ese momento en que voy a conocer a mi bebé.
Recibimos demasiadas veces comentarios fuera de lugar, nos infantilizan, nos tratan de tontitas, nos hacen sentir poco capaces o demasiado atrevidas o incluso unas locas.
Y después estamos aquí, intentando que las cosas cambien, buscando algo que aún no alcanzo a comprender que aún tengamos que pedir:
- Partos respetados, en los que las actuaciones no se hagan en base a la rutina sino a la evidencia científica
- Partos en los que la mujer pueda tener la libertad de moverse, y de comer y beber, y de escucharse y escuchar a su bebé.
Porque señores sanitarios, más que ninguna otra persona, nosotras, las madres, queremos que nuestro bebé llegue bien, sano y salvo, pero deseamos que si hay un abanico de colores entre los que escoger la manera de recibirlo, podamos escoger el rosa, o el verde, o el rojo...
y si ha de ser negro, pues adelante con el negro, pero que no sea el negro porque habéis ido apartando todo el resto del abanico y solo me dejáis ver solo los grises.
Yo no quiero un parto "natural" porque soy una hippie, yo quiero un parto fisiológico porque naturalmente ha de ser así. Millones de años de evolución avalan la decisión de una mujer de escoger este camino, no lo olvidéis.
Y aquella madre que quiere ponerse la epidural, tampoco desea que no la tomen en cuenta, que se lleven a su bebé al nacer a lavarlo y vestirlo antes de poder disfrutar de su piel nueva, que las personas que están en su parto ni siquiera le expliquen qué es lo que piensan que es mejor en cada momento antes de hacerlo.
Simplemente con un poco más de tacto, un poco más de humanidad, un poco más de respeto, y un poco más de amor por ese trabajo hermoso que tenéis, acompañar a las madres y a los bebés en ese momento único...
...todo estaría mucho mejor para nosotras, y seguro que por ende, para vosotros.
En la web de El Parto es Nuestro publicaban por motivo de esta semana de reivindicación un texto hermoso. El relato de un parto que debieran ser todos los partos. Si todas las mujeres fueran respetadas para parir así, otro mundo tendríamos ante nosotros. Cambiando el modo de nacer podríamos cambiar muuuuuchas cosas. Cada vez está más claro.