jueves, 5 de junio de 2014

Parto fisiológico

Ayer estaba dando vueltas a este post en El parto es nuestro y por casualidad, me encontré con este artículo por segunda vez. Como digo, ya lo había leído antes en otro lugar, pero lo guardé en alguna parte de mi ordenador y ahí se quedó. 
Es un artículo muy interesante que habla sobre una cosa que se llama Reflejo de Eyección Materno-Fetal. Suena un tanto feo, la verdad, pero se trata de un nombre feo para una situación maravillosa tanto para el bebé como para la mujer. Os voy a ir contando. 

Los partos son, como bien dice el título, un proceso fisiológico en la vida de las mujeres. En esto debiéramos estar todos de acuerdo, pero bueno, lo cierto es que hay muchas maneras de entender lo que significa fisiológico... Para mí, significa que si nadie se inmiscuye en el proceso, se va a dar de manera natural, es decir, que se dará de manera espontánea, que es algo que el cuerpo y la genética nos regalan, sin más. 
Lo que ocurre desde hace dos o tres generaciones, es que las mujeres nos hemos desconectado de nuestra naturaleza, de nuestra herencia genética, y nos hemos puesto en manos de los sanitarios. Esto empezó a ocurrir con los grandes hospitales y los avances médicos, que nos ofrecían menor riesgo de complicaciones, y nos ha hecho "olvidar" que somos nosotras las que parimos, y que si no pasa nada fuera de lo que es habitual en un parto, si nada se complica, somos capaces de parir a nuestros hijos sin indicaciones externas....

.... porque nuestro cuerpo es sabio, y nos dice en cada momento lo que tenemos que hacer....
sólo hay que saber escucharlo

Esto es el instinto. Un parto debería ser un momento básicamente instintivo, en que la mujer se conecta con su cerebro más primitivo, buscando lo que la naturaleza ha preparado tan bien durante millones de años, ser el canal de nacimiento de su bebé. Y no es que la mujer tenga que hacer nada de forma consciente, simplemente, dejarse llevar. Porque aunque hayamos relegado estos instintos a la parte más profunda, cuando tienen que salir, si el ambiente es el adecuado y la mujer se entrega, salen.
Hay multitud de factores que pueden truncar esta maravilla de la evolución, sobre todo porque somos seres racionales, y lo que ocurre en un parto cuando la mujer pone en marcha su raciocinio (por ejemplo contestar a preguntas, contar el tiempo entre contracciones, pensar de cuántos centímetros de dilatación está, etc) suele ser que el parto se frena, se alarga, la mujer empieza a llevar peor el dolor, en definitiva, se desconecta.
Para que esto no suceda hay una cosa muy importante que deben conocer los acompañantes de la mujer (no me refiero tanto a la pareja o acompañante emocional, me refiero también a las matronas, parteras, ginecólogos...) y es que si no se perturba ni entorpece el trabajo de parto de la mujer, si simplemente se observa y se permite que la precisa y delicada cascada hormonal se de de manera natural, la conexión de la mujer con ese denominado en muchos foros como "planeta parto", hará que el nacimiento sea espontáneo, o lo que es lo mismo, que sea fisiológico.

El reflejo del que hablábamos antes no es más que el momento en que la mujer siente una fuerza imperiosa que sale de su interior, que ruge, que la exhorta a abrir su cuerpo para ayudar a nacer a su bebé. No es tanto cuando siente ganas de pujar, es algo mucho más potente, más animal, una fuerza involuntaria que viene desde dentro, desde el útero, unas fuertes e irresistibles contracciones que con ayuda de la musculatura abdominal, literalmente expulsan al bebé hacia fuera. Es un nacimiento espontáneo, que generalmente se termina en unas pocas contracciones, con un bebé sano y una mamá empoderada.
El periodo que llaman expulsivo no no tiene porqué ser como nos han contado en la televisión, en los libros, en nuestra sociedad en general.

Es la fuerza de la vida, de nuestro cuerpo sabio, de nuestra herencia genética.
Y este reflejo se da por un aumento súbito de la oxitocina en el momento final, pero solamente si se ha permitido esta conexión de la mujer con su interior, con su cuerpo, con lo que ya sabe hacer. 

Según dice el artículo:

<<...El reflejo de nacimiento espontáneo normal es el proceso "fisiológico" (biología + psicología) que hace al nacimiento exitoso desde el punto de vista mecánico, físicamente tolerable para la mujer embarazada y seguro para el bebé a punto de nacer... asociado con el nacimiento y el trabajo de parto espontáneos y no entorpecidos ni perturbados...>>

Os cuento además todo esto, porque en las últimas semanas han parido dos hermosas mujeres que nos acompañaban en las clases de Conexión en el embarazo. Nos han contado sus experiencias, y ambas explicaban, de una forma muy similar, de este reflejo en el momento de nacer sus bebés, del que ya habíamos hablado. Sentían que no habían pujado, sino que se habían dejado llevar por algo que su cuerpo estaba haciendo solo, no siendo voluntario. Abriendo... lo que tantas veces hemos hablado juntas.
Y esto es sensacional, porque los nacimientos son más fáciles, más rápidos, más conectados, más tranquilos y seguros. Las madres son verdaderas mamíferas que son capaces de atender a esas demandas del recién nacido, haciendo surgir ese instinto maternal que establecerá el vínculo y por tanto la seguridad y supervivencia del bebé.
Lo he sentido en mí y os puedo asegurar que de manera encadenada... todo fluye... 




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