miércoles, 26 de diciembre de 2018

¡A por 2019!


    Hoy quiero hacer balance de este último año, como se ha convertido en habitual por aquí al llegar estas fechas.
Tal vez has visto que ha habido un parón del ritmo habitual, porque aunque he seguido trabajando, me he liberado de muchos de los "tengo que" para disfrutar de los "quiero". Y eso es un poco lo que me ha permitido desconectar y ver desde otra perspectiva mi trabajo en A-Brazos.

    A-Brazos ha sido y es una parte muy importante de mí, y quiero que lo siga siendo, por eso durante el verano estuvimos preparando el espacio que se merecía, en el que poder atender con cariño y cómodamente a las familias que me piden ayuda.

Esto fue gran parte de nuestro verano, el trabajo de reforma del local en el que ahora ya estoy atendiendo con cita previa concertada.
Por supuesto, también estuvimos disfrutando de los peques, del verano, del calorcito, de la playa y de la familia. Hemos tenido tiempo para todo, o para casi todo ;)
Y bueno, empecé un nuevo curso reajustando horarios, como cada año, y mi planteamiento inicial fue comenzar a ofrecer todo aquello que me proponía en el nuevo local, pero mi cuerpo y mente me pedían otra cosa. Así que me he dejado llevar un poco más de la cuenta...

    Y resulta que me he descubierto en otro ritmo que me gusta más, en el que me entrego como siempre a la aventura de acompañarte, pero con la vista puesta en algo más, porque me he dado cuenta de lo importante que ha sido cuidarme estos últimos meses, y quiero seguir teniendo el tiempo para hacerlo.

    Así que con este nuevo ritmo, termino el año FELIZ. Consciente de que quiero seguir apostando por lo que hago en A-Brazos, pero también de que quiero seguir el camino que he emprendido este año de autocuidados, tan importante.

    El 2018 ha traído también mucho aprendizaje, toma de decisiones importantes y mucha felicidad al sentir que estoy escribiendo el camino que quiero para mí.

    Siento, como cada año que termina, un agradecimiento inmenso hacia todas las familias que habéis apostado por alguno de mis servicios, espero haber estado a la altura en todos los casos, lo procuro siempre. 

    Deseo que este año que viene traiga grandes y hermosos frutos para todos, y sobre todo, en el campo que me toca, que muchos de los bebés que nazcan en este 2019 sean criados con amor, respeto y contacto, mucho contacto. Y si pueden ser todos, pues ese es el sueño por el que trabajo. Deseando que cada bebé reciba aquello que necesita y viva la mejor de las infancias, porque eso supondrá el mejor de los comienzos para la vida, y en última instancia: bebés felices, adultos felices. Caminamos así hacia una sociedad mejor.

    Y sobre lo que nos traerá este año que viene, no lo sabemos aún, pero por ahora, te cuento mis planes para este emprendimiento:

    - Seguiré atendiendo con cita previa concertada en el local de San Antonio o a domicilio

    - Voy a empezar a estar una mañana a la semana en el local para que puedas pasar a ver el almacén con los distintos productos que tengo en la tienda, para que puedas comprar más cómodamente y con el género en la mano.
      La idea es que tengamos un día fijo, pero lo iremos viendo porque como      sabes, mis turnos como enfermera no lo son, así que es posible que al inicio de cada mes publique los días que vas a poder encontrarme allí. Pero como te digo, iremos informando

    - También volveré a postear en el blog de forma habitual, así como ir actualizando el canal de YouTube con nuevos vídeos de porteo que vaya grabando para que aprendas a portear con ellos

    - De nuevo nos veremos en directos en la comunidad de facebook, tal vez lo dejemos en uno a la semana, aún tengo que organizar agenda y sobre todo terminar de planificar 2019, te iré contando

    - Quiero empezar a hablar más de contacto, así que mi idea es tener un directo al mes en el que tratemos temas relacionados con esa necesidad que es tan intensa e importante para los bebés, incluyendo temáticas como porteo, lactancia, llanto, sueño, colecho... ¿te apetece?


    Y por ahora es todo en cuanto a planificación. Si surgen cosas nuevas, te las iré contando ;)


    Por último, permíteme un consejo, un deseo más bien, pero que puede ayudarte a conectar en esencia con tu bebé, porque eso es lo fundamental, saber escuchar lo que realmente es importante.


    Así que para este 2019, para las nuevas madres y los nuevos padres, para las primerizas y los primerizos, para las y los que ya han tenido más, para las y los que desean ser padres y para las y los que están en el camino...
siempre, escucha a tu bebé desde el Corazón...

    
FELIZ AÑO PARA TODOS
¡¡A POR EL 2019!!





miércoles, 19 de diciembre de 2018

Mejor con portabebés que en brazos


    Hoy el tema del que quiero hablarte es muy básico, y seguro que si eres de los que coge mucho a tu bebé te interesa. Porque cualquiera que coge a su bebé cuando lo necesita sabe que, aunque sea recién nacido, una no aguanta demasiado con el bebé sin empezar a sentir molestias en alguna zona del brazo, muñeca, hombro, espalda, cuello... 

    La crianza en brazos cuesta. Bueno, igual que puede costar cualquier otra cosa para la que no estemos preparados.

    La verdad es que no me imaginaba yo antes de mis hijos que podría lesionarme las muñecas cargando un bebé de solo 4 kilitos de nada. Pero sí, es una lesión frecuente en madres de bebés chiquitos, os lo prometo, que les he preguntado a algunas fisioterapeutas que conozco ;)

    El dolor y las molestias de llevar al bebé en brazos es uno de los motivos habituales por los que me visitan en busca de un portabebés.
Generalmente alguien les ha hablado del porteo, y vienen a por esa solución práctica. Porque portear tiene poco que ver con cogerle en brazos, ya que el impacto sobre el cuerpo del adulto es distinto.

    Quiero dejar claro antes de pasar a contarte las principales diferencias, que me refiero siempre al porteo ergonómico. Éste es el más respetuoso con nuestro cuerpo.
Si usamos un portabebés que no es ergonómico o usamos de manera incorrecta nuestro portabebés ergonómico, no estamos obteniendo los mismos beneficios en cuanto a la protección del cuerpo del porteador.
Una vez hecha esta aclaración, pasemos a "la chica" de este post ;)


Diferencias entre cargar en brazos
y portear al bebé

-   La diferencia básica radica en el reparto del peso.

    Cuando cogemos al bebé en brazos estamos utilizando principalmente la musculatura de brazos, hombros y zona alta de la espalda, pero si le llevamos mucho tiempo, aunque variemos la postura continuamente, los músculos comienzan a fatigarse.
Evidentemente la fuerza muscular de cada cual será distinta y cuanto más entrenamiento hayamos hecho en nuestra vida, mejor lo llevaremos.
Pero independientemente, cargar el peso del bebé de manera continuada hace que nos fatiguemos y podemos incluso, como os decía, llegar a lesionarnos.

    En cambio, cuando llevamos al bebé con un portabebés ergonómico bien utilizado, el reparto del peso suele ser más amplio. En general cargamos sobre la espalda y caderas, repartiendo de forma más uniforme que si cargamos en brazos.




    En ocasiones puede que usemos portabebés o anudados que no carguen a cadera, como por ejemplo en el caso de la bandolera de anillas, pero a pesar de ello, repartimos de forma más uniforme el peso entre espalda y hombro, y sobre todo, más ampliamente que si usamos solo los brazos.


-   Otra diferencia importante es que porteando vamos a llevar al bebé a una altura adecuada en referencia a nuestro centro de gravedad.

    Porque ¿dónde llevamos al bebé cuando porteamos?

Cuando empiezas a portear escuchas mucho eso de "la distancia de un beso" o "a la altura de los besos". Nos referimos con esto a que la cabecita del bebé ha de quedar a una altura en la que llegues a darle un beso fácilmente. Esto no es en principio, por el bebé, aunque esta distancia sea beneficiosa en otros aspectos, como por ejemplo el vínculo o el aprendizaje de las habilidades sociales. Sino que esta distancia está pensada para adaptar el peso del bebé a nuestro cuerpo de forma que no modifiquemos demasiado nuestro centro de gravedad.


    Así mantenemos una postura fisiológica también para el adulto. Cuando llevamos al bebé en brazos va a ser imposible mantenerle todo el tiempo en el mismo lugar, con lo que vamos a modificar continuamente nuestro centro de gravedad.

    He de hacer un pequeño inciso, pues mientras el bebé es chiquitito llevarle a la distancia de un beso funciona para el adulto, pero cuando ya es más alto, llevarle a la distancia de un beso haría que desplazáramos hacia abajo nuestro centro.
Por ello, te recomiendo un par de "medidas": a la distancia de un beso con bebés pequeños, y con bebés más mayores la "norma" puede ser no bajar el culito más abajo de tu ombligo, cuando llegues a ese punto, tal vez es el momento de empezar a portear a la espalda ;)






-   Como tercera diferencia, el correcto ajuste del portabebés hace que llevemos al bebé bien pegadito a nosotros, lo que ayuda a mantener en su lugar nuestro centro de gravedad

    Este punto está relacionado con el anterior pero en este caso me refiero a cómo adaptamos al bebé a nosotros, a la tensión que ejercemos en el portabebés para llevar al bebé pegadito.
Suelo decir en las asesorías que vas a sentir como si hubieras vendado vuestros cuerpos juntos, para que imagines esa sensación. El bebé va a ir bien pegado para evitar balanceos que hagan que tu cuerpo tenga que readaptar sus movimientos a cada paso.


    Así, además de por mantener la postura, tensarás o ajustarás el portabebés para que el bebé no se separe de ti y la carga del peso sea más confortable.
En el caso de llevarle en brazos, no puedo imaginar cómo podrías llevarle todo el tiempo tan pegadito a ti como cuando porteas. El bebé en brazos tiene mucho más movimiento.


-   Y por supuesto, la última diferencia que quiero destacar, y que puede que esté por encima de todo lo demás, es que, además de ofrecerle brazos más cómodamente, ¡¡¡tendrás las manos libres!!!



    Como ves, portear bien es más cómodo que llevar al bebé en brazos, y más práctico, por eso lo de MEJOR CON PORTABEBÉS QUE EN BRAZOS.

    De todas formas, no quiero que todo parezca de color de rosa, pues hay algo que no podemos obviar, y es que portear requiere, de cuatro cosas fundamentalmente:
1- TENER UN PORTABEBÉS ERGONÓMICO
2- QUERER USARLO
3- APRENDER A HACERLO
4- PRACTICAR MUCHO
La verdad es que básicamente es cuestión de GANAS, y lo demás viene solo...

    Y bueno, llevar al bebé en brazos no requiere más que hacerlo, porque ¿cómo imaginar una crianza sin cogerle? Para mí es imposible :)

    Es cierto que mi manera de criar ha sido de mucho contacto y de muchos brazos, entonces, para mí han sido totalmente imprescindible los portabebés, porque sino hubiera acabado con mi cuerpito muy maltrecho...




Y tú... ¿has probado las diferencias?
¿Piensas, como yo,
que mejor en portabebés que en brazos?     


    

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Nuestra lactancia, por Marta Selas


 
   Mi hermana nos ha vuelto a hacer un regalo. Por si no recuerdas el lindo texto que nos ofrecía hace dos años, lo tienes AQUÍ.
    Esta vez nos habla del nacimiento de la preciosa Arianna desde otro punto de vista, hablando de lactancia y de sus comienzos.
    ¿Te apetece leer su relato? Tiene una gran sensibilidad, y emociona mucho. Seguramente en mi caso, parte de esa emoción sea porque soy la tita... 

    Gracias hermana, un placer volver a leerte. Gracias pro permitirme compartir tu sentir.

    Os dejo con ella y sus bellas palabras...

    << Y de repente... "plum" en un segundo siento el vacío en mi vientre y al siguiente el calor en mi corazón. Te ponen encima de mí. Felicidad. Tú. Pequeñita. Con tu pelo negro. Tus pestañas. Envuelta en el olor del hogar que hemos creado estos últimos nueve meses. Te miro. Lloro. Felicidad. Mi niña...


     He leído algo acerca de esto del piel con piel. Tú pegadita a mí, sintiéndonos, conociéndonos por segunda vez tras las paredes de piel. Y te dejo hacer.
Te mueves. Te miro, loca de amor. Te vas acercando tú sola... pero mamá no puede evitar ayudarte un poquito... quizá por ansias de que llegues y ver qué se siente... quizá por ser la primera vez en la que puedo guiarte hacia un fin.
Primer error. Tú sola conoces el camino. Y llegas. Y veo tu boca que se abre medio torpe. Y la veo sumamente pequeña para todo ese pezón. Pero te agarras. Y yo enloquezco. Porque lo has conseguido! Y yo orgullosa. “Mira, mira ya se ha cogido a la teta.” Qué emoción!

     Y es esa emoción la que me ciega, no me deja sentir el dolor. Te duermes. Te miro embelesada, no puedo dejar de hacerlo. Y pienso. Que pequeña. Cuánto pelo. La hemos hecho nosotros. Estaba dentro de mí y ahora está fuera. Qué preciosa es. Me da miedo tocarla por si se rompe.
Papá te coge. Me da seguridad verle contigo. Te pone de nuevo encima de mí. Vuelve el torbellino de sensaciones al sentirnos. Dejo que te acurruques en mi pecho. Abres los ojos. Vuelves a mamar. Esta teta duele un poco, me digo. Será normal. Te duermes.


     Todos vienen a verte. No se porque, pero no me gusta que te cojan. Quiero tenerte yo. Es lo único que necesito en estos momentos. Pero al mundo de esta habitación no le importa lo que me hace falta. Y todos te cogen.
“Ay, Que preciosa.” “Mira el papá que bien le cambia el pañal.” “¿Se coge bien?” “¿Te ha subido la leche?” “¿Es buena? “¿Os deja dormir?” “Igual no tienes buena leche” “yo no le puede dar de mamar, no me subía” “¿Tu cómo estas?”.

    Intento contestar a todo con una sonrisa. No sé cómo, pero lo consigo. Estoy feliz. Cansada, agotada más bien, pero feliz. Bendita oxitocina.
Me da no sé qué sacar la teta delante de todos. No es pudor. Es miedo. He descubierto que a veces te cuesta agarrarte. Y tengo miedo de fracasar. Y de la presión de toda esa gente mirando fijamente. Sudo. No te coges bien. Cambio de teta. Por favor que se vayan. Se van.

     La enfermera pregunta, yo contesto complaciente. Me duele. “Es normal al principio”. Alivio. Menos mal que esto pasará, pienso. Quieres mamar muchas veces y con cada toma más me duele. Pero me han dicho que es normal. Tengo que aguantar.

    Entran tres ángeles en la habitación. Me moría por verlos. Los dos más pequeñitos se derriten al verte y al tocarte. El más grande me calma solo con mirarme. Y yo lloro de felicidad. Esta vez no es la oxitocina. Es una imagen preciosa que me traspasa el corazón. Le explico cómo ha sido todo el parto. Ilusionada. Ella me va escuchando en silencio. A veces habla para explicarme como debería haber sido en realidad. O como no debería haber sido. Y voy pensando lo poco que me había preparado para ese momento. La falta de información que tenía. Y me da rabia.

     Quieres mamar. Duele. Y entonces veo la luz. “No tiene que doler”. Lloro. Siento que llevo dos días haciéndolo fatal, y ni siquiera lo sabía.
Llamo a la enfermera. Necesito ayuda. No sé hacerlo. “Ponte un cojín aquí”; “cógela de esta manera”; “tiene que cogerte más areola”; “cuando veas que tiene la boca abierta mete el pezon”; “que el papá te ayude abriéndole la mandíbula por la barbilla”; “mete el dedo meñique para romper el vacío”; “ponte aceite para esas grietas”; “Ponte crema”; “Ponte tu propia leche en el pezón.” De golpe tengo mucha información, pero no sé usarla. Me siento muy mal. Lo estoy haciendo fatal. Lloro de nuevo.

     Y entonces me planto. Respiro hondo. Te miro. Me digo, esto tiene que funcionar. Me necesitas. Te necesito. Y decido relajarme y dejarme llevar. Me armo de paciencia y empiezo a aprender de ti. Coges el pezón. Duele. Te suelto. Vuelves a cogerte. Duele. Te suelto. Otro nuevo intento. Papi me ayuda a abrir más tu boca. Y por fin. Nuestra primera toma sin dolor. Las grietas están ahí, pero van desapareciendo. Lo hemos conseguido.

     Y toma tras toma nos hacemos más fuertes. Más expertas. No nos hace falta cojín. No nos hace falta nadie que abra bien tu boca. No necesitamos usar el meñique. Ya hemos aprendido. Ambas la una de la otra. Y ahora tenemos una lactancia plena. Una lactancia que ha durado 18 meses y de la que me siento orgullosa.

     Yo no tenía la información. Error de no haberla buscado, de no haberme empapado para un momento tan importante en mi vida. Luego todo el mundo me la dio, desinformándome de algún modo. Consejos de aquí, consejos de allá. No sabes de qué hacer caso y de qué no.
Así que lo único que se me ocurre decirte, si me estás leyendo y vas a ser mamá, es que leas, contrastes informaciones, hagas uso de una asesora de lactancia o de un grupo de apoyo a la lactancia. Y sobre todo, escucha a tu bebé. Y háblale. Guíate por tus instintos y no por los consejos de nadie.

     Todavía hoy hay quien me dice: “qué leche más buena debes tener para criarlos así de bien” y a mí, por dentro, me da un poco de risa. Pero respondo con cortesía. “Todas somos capaces de dar el pecho.” >>





Y tú... ¿te has informado sobre la lactancia?
¿Sabes qué cosas pueden afectar a su establecimiento?


martes, 4 de diciembre de 2018

Empezar a portear con éxito


    Cuando tienes a tu primer hijo, hay muchas cosas que aprender, y por lo general, poca seguridad en lo que haces. Esto sumado a la cantidad de información que recibimos por parte de nuestro ambiente cercano (o no tanto), hace que si además quieres empezar a portear, no sea tan fácil como pensamos que será.

    Y por eso estoy aquí, bueno, por eso estamos aquí las asesoras de porteo ;)

    En nuestra sociedad parece que el porteo acaba de llegar, aunque esto no es del todo cierto. Pero sí lo es que no tenemos espejos en los que mirarnos. Nuestras madres no han porteado, son la generación de dejar llorar a los niños para que maduren los pulmones y del biberón. Era poco frecuente otra cosa porque las recomendaciones por parte de los profesionales eran esas, y porque socialmente, el hecho de que las mujeres se incorporaran al mundo laboral suponía que necesitaban niños más "independientes". En el imaginario colectivo el bebé perfecto no dependía de su madre, y era capaz de sobrevivir a largas jornadas en guarderías o con otras cuidadoras.

    Pero no creas que esto ha sido así siempre, el porteo es una herramienta que los seres humanos llevamos usando siglos, milenios, no es una novedad en nuestra historia.
Y a pesar ello, como en las últimas generaciones ha habido un gran cambio socioeconómico, del que te hablaba antes, no hemos vivido estas prácticas en nuestro día a día, y por ello, cuando escuchas las necesidades y demandas de tu bebé en este sentido, estás como perdida...

    Y bueno, yo intento ayudarte a que lo estés menos, a que descubras que todo está en ti, aunque necesites refrescarlo un poco. Por supuesto, no es solo cuestión de instinto, pues al fin y al cabo estamos en la época de la evidencia científica, así que hay mucho que aprender. La suerte es que puedes echar un vistazo a la red y encontrar muchos muchos recursos ;)

    Uno de ellos te lo traigo yo hoy, una infografía con 5 TIPS PARA EMPEZAR A PORTEAR CON ÉXITO.

    Son parte de los consejos y recomendaciones que doy a las familias en las asesorías, lo que he ido aprendiendo que funciona con los bebés cuando no todo es tan fácil como aquel momento idílico que nos imaginamos. Porque en ocasiones el bebé se queda tranquilo y se duerme cuando le ponemos en el portabebés por primera vez, pero otras veces hay que ingeniárselas para terminar de anudar o ajustar sin molestarle demasiado... XD
Y quiero sobre todo que te quites miedos y que dejes atrás los mitos de los que te he hablado en otras ocasiones. Este post viene al pelo para desmitificar aquello de "¿Y si no le gusta que le porteemos?"

    Así que aquí te la dejo, para que empieces a portear con estos trucos si los necesitas, y el porteo sea aquello gozoso y placentero que queremos que sea...









    Si necesitas mi ayuda en persona u online, no dudes en contactarme.
Puedes escribir un comentario en esta entrada y te responderé volaaaando :)

¡FELIZ PORTEO!




Y tú... ¿has necesitado trucos para empezar a portear?
¿Cuáles has utilizado?