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jueves, 12 de abril de 2018

Los mitos del porteo: ¿No te duele la espalda?


    Y seguimos desmontando mitos con esta serie de post. Esta vez le toca al tan típico...
"¿no te duele la espalda de tanto llevarlo colgado?*"

    Si quieres pasar a leer los post previos sobre el tema te los dejo aquí abajo:

¿No está muy apretado?
¿Y si no le gusta que le porteemos?
Acostumbrarse a los brazos


    A lo que iba, a aquellos que habéis porteado casi seguro que os ha llegado ese <<¿no te duele la espalda?>>. Y bueno, no quiero yo cometer el error de asegurarte que es imposible que te duela la espalda porteando, porque esto no es así.
Portear tiene un impacto sobre tu cuerpo que no podemos obviar, pero como tantas veces he dicho ya en referencia a este tema, "¿Y cuándo le coges en brazos? ¿Te duele la espalda?".

    Porque mamás y papás, esto sí que lo hacemos todos, tomar al bebé en brazos es nuestra forma de criar. Ya sea para transportarle de un lugar a otro, ya sea porque necesita mimos, ya sea para amamantarle. Y esto supone una carga también para nuestro sistema musculoesquelético y cambios en nuestra postura.
Quiero también dejarlo claro para aquellos que creen que portear es cansado y nos lo recuerdan continuamente a los papás porteadores... cansado es llevar a mi hijo en brazos sin la ayuda del portabebés, te aseguro que mucho más que con portabebés.

    Y aquí viene la respuesta a esta pregunta que puede que nos hagan nuestros queridos opinólogos de turno...


  Portear de forma ergonómica y segura es CÓMODO, o al menos ha de serlo.


    Usando portabebés siento que el peso del bebé se reparte en distintas zonas de mi cuerpo mejorando mi confort frente al hecho de llevarlo simplemente a-brazos. Además, tiene una ventaja fundamental, y es que el portabebés me deja las manos libres para seguir atendiendo otras cosas de la vida diaria mientras ofrezco a mi bebé aquello que necesita.


    Hay varios tipos de portabebés que reparten la carga de manera diferente sobre el cuerpo del que portea, adecuándose a las sensaciones físicas, a las características corporales, a la necesidad de proteger alguna zona debido a lesiones o a momentos de recuperación como puede ser el postparto para la madre.

Y hay posiciones, anudados y ajustes con los que sentirás que la carga se atenúa.

    Pero no hay un portabebés ideal para todos, aunque queramos encontrarlo, ni tampoco un portabebés ideal para la misma persona en distintas circunstancias.
Puede que cuando empiezas te vaya muy bien la bandolera de anillas, pero a medida que toma peso, te sientas más cómoda con una mochila. O puede que la asimetría no sea lo mejor para tu cuerpo y prefieras portabebés simétricos.

    Es una elección que deberás hacer basándote en tus circunstancias personales, y en este sentido te dejo un consejo, una buena asesora puede ayudarte a tenerlas en cuenta a la hora de escoger ;)



    Una vez dicho esto, es posible que te duela la espalda en alguna ocasión, no voy a mentirte. Pero quiero decirte también que hay puntos importantes a tener en cuenta para mejorar esta sensación corporal, por eso queremos ayudarte a que pienses en ello y mejores tu experiencia con el porteo escuchando tus propias reflexiones.

    Vamos con nuestra lista de cosas A TENER EN CUENTA PARA QUE NO TE DUELA LA ESPALDA (o para mejorar tu comodidad)


- ELECCIÓN DEL PORTABEBÉS ADECUADO


Siempre ergonómico, que respete la postura fisiológica de tu bebé, además de ser el adecuado para poder cargar su peso con comodidad.

Pero no solo eso, sino que debe ser el mejor portabebés también para ti, dependiendo de tu estado físico, molestias, lesiones...
Importante que valores el peso y estatura de tu peque, para escoger también el que mejor se adapte a esas características.
A mí me parece interesante valorar el contar con la ayuda de una asesora de porteo, porque no hay un portabebés mejor, sino el que mejor se adapta a vosotros.



- USA TU PORTABEBÉS DE LA MANERA ÓPTIMA

Me refiero a la posición en la que porteas al bebé, que puede ser delante, a la cadera o a la espalda, y será muy distinto si vamos a portear a un bebé pequeñito que si llevamos a un bebé de 2 años. Solemos decir que nuestro cuerpo está mejor preparado para el transporte de "pesos pesados" detrás, por el tipo de musculatura, pero observa tu cuerpo en todas las circunstancias, investiga tu conciencia corporal.
Y sobre todo, hemos de usarlo de forma que te sientas cómoda y estés protegiendo tu cuerpo frente al sobreesfuerzo que es llevar el extra de carga del bebé/niño, escogiendo anudado, posición y ajustes.


- HIGIENE POSTURAL AL COLOCARTE EL PORTABEBÉS


Un punto que en demasiadas ocasiones pasamos por alto.
Los que porteamos somos importantes, no solo lo es la postura en la que debo llevar al bebé (ya sabes, la posición ranita), sino que tan importante como estar atento a ésto es colocar tu cuerpo correctamente para no sobrecargarlo o dañarlo.
¿Sabes por qué? Porque en demasiadas ocasiones ésta es causa de abandono del porteo, que no atendemos a nuestra comodidad y buena postura y nos resulta incómodo o incluso nos lesionamos.
Por eso, atenta a mentener tu cuerpo alineado mientras ajustas tu portabebés.


- EL PORTEO COMO ENTRENAMIENTO

Es otra de las cosas en las que apenas pensamos. Cuando alguien te ve porteando a un bebé de 2 años te dice: "Pero ¿cómo le llevas aún ahí? ¡Te tiene que doler la espalda!".
Y no, puede que no te duela, porque ese bebé de 2 años no nació así, lo hizo pesando 3 kg y desde que empezaste a portearle hasta hoy han pasados dos maravillosos años de porteo que te han ido entrenando.
Ahora eres más experta en nudos o en truquillos para estar más cómoda, pero además... tu cuerpo ha ido fortaleciéndose poco a poco, como cuando algunos van al gimnasio y cada día levantan un poco más de peso, ¿no?
Por eso es importante asegurarte de cómo comenzar si quieres hacerlo con un bebé o niño más mayor. O prestar especial atención al resto de puntos en caso de que el porteo pase de ser ocasional a intensivo, por ejemplo, por unas vacaciones en que pretendes o necesitas portear mucho más de lo habitual.
Yo solo quiero recordarte que el porteo no es solo para bebés ;)


- SI SIENTES MOLESTIAS, CONSULTA CON UN ESPECIALISTA, O CON DOS

Te recomiendo veas a un fisioterapeuta que pueda ayudarte a aliviar las molestias en el momento en que surgen. No lo dejes pasar porque estas cosas suelen agravarse.
Y además de esta primera recomendación, también la de siempre, ponte en manos de la experta en porteo, para que te ayude a ver qué puedes mejorar en el ajuste que haces del portabebés para evitar volver a lesionarte una vez te hayas recuperado :)


- EL PORTEO NO ES LA CAUSA DE TODOS LOS MALES...

Piensa que además del porteo, las madres hacemos muchas otras cosas que pueden ser coadyuvantes para el dolor de espalda, o causantes. Cogemos al bebé en brazos mientras hacemos otras cosas, los baños del bebé a veces en posiciones inverosímiles, nuestra mala postura durante la lactancia, la falta de sueño, el estrés, otros hijos si los hay... no sé, puede que se te ocurran muchas más.
Creo que es importante ser consciente de esto, pues achacar al porteo en exclusiva el dolor de espalda sería poco serio.

En ocasiones el porteo nos ayuda a colocar nuestra espalda de forma idealmente alineada, así que no desperdicies la oportunidad que te brinda de poner conciencia en tu postura y ayudar a mejorar todo lo demás ;)




    Y hasta aquí el post de hoy. Espero que te esté ayudando esta serie en la que derribamos mitos y te ofrecemos estrategias para hacerlo.
Si tienes alguna duda, cuéntanosla en los comentarios, estaré encantada de ayudarte.
¡Hasta la próxima!




Y a ti... ¿te duele la espalda cuando porteas?
¿Porteas de forma correcta para evitarlo?


* Esta es una aclaración para la señora del super, la vecina y/o la suegra: No les llevamos colgados, ¿vale? Les porteamos, les llevamos pegaditos a nosotros =D


viernes, 27 de octubre de 2017

Los mitos del porteo: ¿Y SI NO LE GUSTA QUE LE PORTEEMOS?


    Hoy seguimos con esa serie de posts que se nos ocurrió escribir hace un tiempo. En el primero que escribimos, Acostumbrarse a los brazos, te contábamos que los bebés no se acostumbran a estar en brazos, es decir, que ya vienen dispuestos a ellos, es su naturaleza. Necesitan estar en brazos para desarrollarse de manera óptima.

    En el artículo de hoy, queremos centrarnos en otra de las dudas más frecuentes, ¿le gustará al bebé ser porteado?

    Hoy quiero que resolvamos esta duda para que nos deshagamos de otro de los mitos que puede hacer que perdamos el interés por el porteo y no le ofrezcamos al bebé todo el contacto que necesita.

    Recordarte que estamos hablando de mitos, ideas preconcebidas que a veces nos hacen decantar la balanza hacia un lado sin siquiera tener la seguridad de que sean afirmaciones basadas en alguna evidencia. Así que quédate a leer si quieres información veraz y contrastada.

    Voy a explicarte algunas ideas en relación a este tema, y además, quiero regalarte algunos tips para ayudarte portear si sentís que a vuestro bebé no le gusta ;)

Empezamos con algo que quizás te sorprenda que te diga...

    Los bebés no esperan ser llevados en portabebés



Y eso es algo evidente, porque ellos no saben qué es eso XP

    Es cierto que el contacto es nuestra estrategia de supervivencia como especie, y por eso los bebés nos piden estar en brazos, ni más, ni menos. Y ofrecérselo es ofrecerles, por encima de todo, seguridad.

    ¿Y qué pasa cuando en vez de los brazos sin más, sus padres les quieren llevar de otra manera?
Pareciera que no debería haber diferencias, porque total, están en brazos. Pero las hay...


¿Sabes cuál suele ser la diferencia más importante entre llevarles en brazos o llevarles en un portabebés?
Como te sientes tú

    Por lo general, la primera vez que ajustamos el portabebés, nos sentimos inseguros y nos falta práctica, sobre todo cuando es el primer hijo.
Es como cuando empiezas a conducir, por ejemplo. No es algo que sepas hacer el primer día... a no ser que te hayas criado en un lugar donde los niños cogen coches desde pequeños, ¿verdad? Esto no suele ser habitual, de hecho, no es legal en nuestro país jeje, pero para el símil me sirve.
En nuestra cultura no estamos acostumbrados a ver cómo son porteados los bebés, ni a portear a bebés desde niños. Con lo que cuando llegamos a la crianza, no tenemos ni idea de porteo ni de cómo hacerlo, aunque podamos intuir que lo necesitamos.
Y esto, queramos o no, son emociones que trasladamos al bebé.



Por eso, sé que es muy muy raro que a un bebé no le guste ser porteado, es mucho más posible que ese bebé se queje y esté inquieto porque está inseguro.


    Así, las primeras veces pueden no ser lo que esperábamos.
Quizás nuestras expectativas están distorsionadas y esperamos que el porteo sea el milagro instantáneo para sentirnos bien. Disfrutar de La Magia del Contacto requiere de algo de tiempo, constancia y confianza.
Por tanto, es importante que te enfrentes a ese primer momento con la mente abierta y la seguridad de que si tú estás bien, tu bebé estará bien.

    Tanto si tu bebé es recién nacido, como si es más mayorcito, hay puntos importantes que has de tener en cuenta cuando empiezas a portear. Queremos ayudarte con estas primeras veces, así que te vamos a contar los truquillos que usamos en la tienda y los que nos han funcionado en casa, para que llegues a ese punto en el que el porteo pasa a ser parte imprescindible de la crianza de tu bebé, y te pone las cosas fáciles ;)


Atentos todos, que allá van nuestros
TIPS PARA INICIARTE CON ESTO DEL PORTEO:


- ADULTO TRANQUILO Y CONFIADO

Como te hemos dicho, creemos que es una de las cosas más importantes. Cuanto más seguro se siente el adulto, más tranquilo se sentirá el bebé, ya que toman como referencia las reacciones y emociones de los adultos para saber cómo enfrentarse a todas las cosas nuevas que están viviendo.
Si necesitamos ayuda para infundirnos confianza las primeras veces, no está de más acudir a una asesora de porteo.


- BEBÉ TRANQUILO Y CON LAS NECESIDADES BÁSICAS CUBIERTAS

No debemos "estresar" a un bebé que ya no se encuentra en su mejor momento con algo nuevo.
Si el bebé tiene hambre, sueño o hay que cambiarle el pañal, mejor ocuparnos primero de estas cosas, para después probar con aquello que aún no dominamos y que por tanto puede causar un momento de mayor estrés para el bebé.


- PORTABEBÉS ADECUADO Y BIEN COLOCADO

Tenemos que tener claro que estamos usando el portabebés adecuado, que sea ergonómico y que sea el idóneo para el momento de desarrollo del bebé. También hemos de asegurarnos de que lo hemos colocado correctamente, sin molestarle o dañarle.
Una buena asesora de porteo puede ayudarte con eso también si lo necesitas para estar segura.


- MOVIMIENTOS MIENTRAS COLOCAMOS AL BEBÉ

Lo ideal es desplazarnos con movimientos amplios, que son más naturales, caminando. No olvidemos que nuestros bebés son los sucesores de los cazadores-recolectores, y su genética e instinto están activados para seguir siéndolo, al menos hasta que empiecen a desarrollar otras capacidades cerebrales superiores. Ésto hace que se sientan seguros cuando caminamos o paseamos. ¿Por qué creías que tu bebé se calma cuando paseas con él en brazos?


- PONER Y SALIR

Cuando ponemos el portabebés un buen truco es dejar de pensar en él una vez hemos ajustado y confirmado que seguimos las normas del Porteo Seguro.
Si nosotros "cambiamos el chip", el bebé, generalmente, también.
Salir a la calle suele funcionar con casi el 100% de los bebés, así que ¡a pasear!


- TEN PACIENCIA, NO LO DEJES AL PRIMER QUEJIDO

Hay bebés más sensibles que otros, algunos se quejan en cuanto sienten un poco de inseguridad...
Si el bebé llora, no dejes el portabebés a la primera, asegúrate de que nada le está dañando, que el portabebés está bien colocado y lleva a la práctica los trucos que te dimos antes. Es importante que el bebé sienta el portabebés como un lugar seguro en el que se puede relajar y calmar.

Si después de todo esto y tras unos minutos no ha pasado el llanto, déjalo y vuelve a probar cuando esté más tranquilo. Quizás no era su momento aunque no sepas ver porqué ahora.


Y..........................

- RESPIRAAAAAAAAA

Es importante que el porteo sea una herramienta que te ayude en la crianza, si ponértelo es un momento de estrés cada vez, respira y suelta toda esa tensión, porque portear es fácil, pero hemos de estar seguros y sobre todo, tranquilos.
Conciénciate, tú tienes la clave para conseguirlo, CONSTANCIA, PACIENCIA, SEGURIDAD y AMOR, el porteo es maravilloso aunque al principio pueda costar un poquito.


Y si a pesar de todos estos trucos que te damos, no consigues hacerte con el portabebés y tu bebé... acude a una asesora de porteo que te ayude, no dejes de disfrutar de #LaMagiaDelContacto ;)



Y tú... ¿qué trucos has usado para empezar a portear?
¿Tu bebé se sintió seguro desde el principio?




miércoles, 14 de diciembre de 2016

El vínculo, por Marta Selas


    Hoy son sentimientos a flor de piel los que te traigo: orgullo, admiración, amor... AGRADECIMIENTO INFINITO Y PROFUNDO.

    Tengo el placer de presentarte a mi hermana, Marta, y lo que ella siente por su bebita, mi sobrina, Ari. Una niña que no ha dejado de recibir Amor desde el mismo instante en que fue tomada en los brazos de su madre, y que ha traído muchos aprendizajes, además de entregar también todo su amor a esta familia.

    No digo más porque ellas, por medio de las palabras de la mamá, van a llenar tus ojos de lágrimas, estoy segura.

<<    Llevarte en mi vientre, sentirte crecer, tranquilizarte con mi respiración, cerrar los ojos y notarte flotar, pensarte a ciegas, mimar cada día el vínculo

Y entonces naciste tú...
...y en ese mismo instante todos los sentimientos que había tenido al llevarte dentro de mí me supieron a poco. Porque al ver tu cara, al sentir tu piel pegada a la mía, al mirar tus ojitos, al olerte... ¡todo se magnificó!

    Por fin estabas aquí, por fin fui realmente consciente de ti, de tu grandeza. Una emoción enorme embriagó todo mi ser, y desde ese mismo instante solo podía mirarte y no hacer nada más.

    Tú solita te fuiste abriendo camino para llegar a mi pecho... y cuando lo conseguiste, un nuevo giro en la rueda de los sentimientos.

Otra vez éramos una
De nuevo unidas, aquí estaba el vínculo, una vez más.

    Una hora y media a solas, una hora y media de intimidad familiar. Papá, tú y yo. Una hora y media de reconocimiento, de escuchar nuestras voces sin eco, de sentir nuestras pieles mucho más cerca, de encontrarte con papá sin intermediarios. Nuestros primeros momentos de familia y siempre sin dejar de mirarnos.
Una hora y media en la que parecía que el tiempo había decidido esperarnos en nuestro retiro, para dejarnos hacer más estrecho el vínculo.

    Y de repente, subidas y bajadas en ascensores, al igual que en mis sentimientos, para llegar a una habitación (que no iba a ser las nuestra) en la que nos esperaban familiares deseosos de verte y de poder tocarte. 
La puerta siempre abierta, la habitación nunca vacía. El vínculo esperando agazapado entre las sábanas a que llegara la noche para poder acercarnos un poquito más.
Y yo me sentía cada vez más perdida entre los conocimientos que había adquirido en unas clases cuadriculadas. Unas clases para todas las mujeres embarazadas, sin distinción, sin hacer hincapié en las individualidades de cada caso, de cada parto, de cada vínculo. Unas clases obsoletas al fin y al cabo.
Cada vez más perdida escuchando consejos, que distaban mucho de lo que yo había aprendido, incongruencias. Cada vez más perdida...

    Yo, una mamá primeriza, inexperta a los ojos de la mayoría, sin haberme empapado lo suficiente de los conocimientos necesarios acerca del parto, de la lactancia, de la crianza... Para el resto una mujer moldeable, domable, a la que legarle en conocimientos todo lo que hay que saber para actuar como una madre. Como si fuese así, como si hubiera una sola forma de hacer, como si todas las crianzas fueran la misma.

    Entonces, entre todos esos sentimientos que me invadían y que me hacían pensar que el vínculo estaba cada vez menos latente, una sola frase: 
"Haz lo que sientas, déjate llevar"

    Y después de un par de semanas sintiéndome perdida, fuera de lugar, desconocida para mí misma, no sabes cómo agradecí esas palabras. Me abrieron la mente, el corazón y el alma a SENTIR. A darme cuenta de que no había una manera buena y una manera mala de hacer las cosas con mi bebé. Que estaría bien hecho si yo sentía que estaba bien, si ella sentía que estaba bien.

    Y así aprendí a hablar con el vínculo, a mantener conversaciones y discusiones que nos llevaron a crear algo mucho más fuerte, más sólido, más nuestro.

    Quizá todo habría llegado de forma natural, porque ahora sé que lo llevaba dentro. Yo tuve la suerte de tener a esa persona cerca, que no quiso hacer el camino por mí, sino que me iluminó para que yo lo hiciera con mi niña. Desde aquí, GRACIAS.

    A partir de ese momento, ya vino todo rodado. Te conocía y me conocías. No he vuelto a sentirme perdida.


Y si alguna vez he podido despistarme en nuestro camino juntas, te he cogido con dulzura, te he pegado bien a mi cuerpo y te he envuelto en nuestro fular.
...Ese que se ha convertido en nuestro mejor aliado
En nuestro nuevo nexo de unión.
En nuestra manera de estrechar el vínculo.

Muchas veces, simplemente para ver pasar la vida juntas mientras paseamos. Otras muchas, para calmarnos, sentir nuestros cuerpos y acompasar nuestros suspiros.
Siempre práctico, pero sobre todo, siempre cálido.




   Y así vamos viviendo día tras día de tus cuatro mesecitos... amamantando el vínculo, porteándolo para hacer crecer lo que el cordón un día unió. >>



Y tú... ¿has descubierto el vínculo?
¿Te has dejado llevar por tu instinto?

jueves, 10 de marzo de 2016

Una historia como otra cualquiera


   Este es un post personal pero podría ser perfectamente extrapolable a tu vida. Te lo aseguro.
Lo lanzo hoy porque hace 10 años que empezamos nuestra historia de amor, y desde luego, nuestros hijos son los frutos más dulces que pudo dar... GRACIAS POR COMPARTIR LA VIDA A MI LADO.

   Yo era una persona "normal", con aficiones "normales" y con una visión de la vida la mar de "normal". Pero ocurrió algo en mi existencia que cambió por completo todo lo que yo era, todo lo que yo creía, todo lo que yo pensaba que sabía, todo mi alrededor, mi mundo por completo... LLEGARON MIS HIJOS

   Y sí, las patas se pusieron hacia arriba, el cielo estaba abajo, todo se puso del revés. Fue como si hubieran metido en una batidora todo lo que yo creía importante o básico en mí, y lo hubieran transformado en otra cosa al terminar de batir.
Yo no creía que la maternidad iba a traer tal cambio a mi vida. Es posible que tú tampoco :)

Y entonces empecé a sentir cosas nuevas.


   El amor que había conocido hasta ese entonces se quedaba pequeño, quería mucho más a mi otro yo, al hombre con el que comparto mis días, porque tenía la sensación de que mi corazón había crecido, o cambiado, o algo. Pero sobre todo, había descubierto una nueva manera de amar, una muy especial, que te remueve mucho, y que te llena por dentro de una luz cálida y apacible. Esa que cuando miras el sueño de tu recién nacido en tus brazos se ve en el fondo de tus ojos.
Yo empecé a sentirme distinta por dentro. Algo que aún no podía explicar con palabras, pero había algo que me daba patadas y recolocaba cada cosa en su sitio, un sitio distinto del que había ocupado hasta ese momento. Las emociones estaban en constante cambio, pero a pesar de ello, había una llamada desde lo más profundo de mí a cuidar de ese bebé con lo mejor de mí. Y "eso" que era lo mejor de mí... era totalmente desconocido por mí misma hasta aquel momento.

   Poco a poco fui despertando del desconcierto de los primeros días y me iba dando cuenta de que yo, en esencia, ya era distinta. Escuchaba cosas que me decía mi cuerpo como nunca antes lo había hecho, me entregaba a amamantar y a cuidar de un bebé al que pensaba que no sabía cuidar, pero mis actos decían todo lo contrario. Sabía cuidarlo, eso estaba en mí... y en él. 
No tardé en descubrir que mi bebé me decía muchas cosas, me guiaba en el camino. Por supuesto, todo esto que te cuento no llegó como una luz que baja del cielo y me ilumina. Quizás una parte sí fue pura iluminación mesiánica, otra parte llegó de mujeres que se prestaban a descubrirnos su saber de manera amorosa.


   Así, poco a poco, fui descubriendo #LaMagiaDelContacto

   Empezó con una lactancia complicada, un bebé con anquiloglosia y una micrognatia muy pronunciada. Yo peleé por esa lactancia hasta conseguir que fluyera durante 19 meses maravillosos.

Fuimos descubriendo que nuestro bebé no era como nos contaron que eran los bebés, y un día nos resultó más sencillo dormir a su lado de verdad que a su lado de mentira, con una cuna de por medio. Así que empezamos a disfrutar del colecho con un poco de reparo al principio (¿y si se acostumbraba?) y con tranquilidad y descanso después de ver que los que nos acostumbrábamos felizmente éramos nosotros. Y eso no pudo cambiar cuando llegó la pequeña de la casa, porque ¿cómo íbamos a separarnos de uno, de cualquiera de nuestros cachorritos? Así que decidimos ampliar el espacio y empezar con el colecho a lo grande, cama familiar.

   Al inicio de la crianza del mayor me sentía con la necesidad de compartir con otras mamás recientes, mamás y papás con los que compartiera las mismas inquietudes, que sintieran esto que yo estaba sintiendo y que me parecía tan raro pues nunca nadie me había hablado de dormir con el bebé, de amamantar a pesar de las dificultades, de querer tener a tu hijo encima todo el tiempo posible... Y necesitaba no sentirme taaaan diferente... 
Ahí es cuando me di cuenta de que no era tan diferente, y que mi hijo era como todos los hijos, que pedía las mismas cosas que pedían todos los bebés. Lo que me ocurría a mí, también les pasaba a otras mamás, sentíamos que nuestros bebés nos necesitaban, pero de una manera intensa, corporal diría... y ahí fui descubriendo términos que antes ni me hubiera parado a escuchar, crianza natural, crianza corporal, masaje infantil... PORTEO ...

   Tengo que hablar del porteo de forma más protagonista porque despertó en mí un instinto muy dormido. He de decirte antes de seguir, que yo no pretendía portear. Sí, has leído bien, yo no tenía intención de portear. Era más el papá que tenía ganas de llevarles cerca (siempre hemos dicho que él estaba más conectado con el instinto que yo antes de todo este desbarajuste).
Pero... un día llegó a nosotros un fular tejido de manos de una mujer que se haría importantísima en nuestras vidas (gracias Paula, te queremos)... y tras haber peleado un poco con una mochila "colgona" que no nos convenció, decidimos probarlo. Ese día nos salió fatal (no tengo las fotos para corroborarlo). Al siguiente decidimos que era demasiado para nosotros en ese momento y fuimos a la búsqueda de algo más "fácil" de nuevo a casa de Paula, que nos atendía con amor y pasión por lo que hacía. 
Empezamos a usar un fular semielástico que nos encantó <3. Si hoy me viera a mí misma porteando con él me descubriría corrigiendo muchísimas cosas, estoy segura. Pero a pesar de ello, despertó en mí algo profundamente guardado, el poder del contacto intenso y continuo que tiene la piel sobre nuestras vidas.

   Comencé a vivir mucho más feliz mi encuentro con la maternidad. Me encontré con una madre distinta, más tranquila, más relajada, más entregada.
El porteo me regalaba piel, caricias, besos, pero sobre todo me regalaba CONFIANZA. El porteo fue la magia que me hizo terminar de conectar con mi bebé.


La Magia del Contacto se presentó ante mí como un auténtico Regalo.




   Y sí, al final porteé a mi hijo, le porteé incluso estando embarazada de la peque, porque para mí el porteo se convirtió en un estilo de vida, era imprescindible. Necesitaba sentirme cerca de mi cachorrito y sentía que él también estaba mejor cerca de mami.





   Por eso, cuando llegó mi niña no había dudas, de hecho, había comprado un fular cuando aún no estaba embarazada, para ella :)


La llevamos desde el segundo día de nacida, y ella vivió envuelta en un fular hasta que por sí misma empezó a pedir más espacio cuando quiso explorar el resto del mundo. La crianza en brazos ha facilitado mucho mucho mucho nuestra vida, nos hemos sentido cómodos, vinculados, tranquilos, confiados, capaces... He podido seguir junto a mi hijo mayor mientras la peque era atendida segundo a segundo en sus necesidades. Hemos vivido experiencias que de otra manera no podríamos haber vivido. El contacto me ha regalado una bebé feliz, que se sentía tan segura al lado de mamá que cuando quería dormir, lo hacía, que cuando quería tetita, la tomaba, que cuando quería estar activa y haciendo carantoñas a las personas con las que yo me relacionaba, lo hacía. He trabajado en A-brazos con ella en un fular, o en una mochila, o en una bandolera. Hemos vivido el primer año de vida como una sola, respetando sus necesidades (y a la vez las mías), fundidas y en simbiosis.

   Y ya sabes que yo no me esperaba ESTO, yo no me esperaba Amor tan grande, no me esperaba esta Magia, no esperaba que la Piel pudiera traernos tantas cosas buenas... No sabía que esta Yo amorosa y entregada existía. 
Mis dos pequeños han traído muchos aprendizajes, uno de ellos es el de sentir cuáles son las verdaderas necesidades de los bebés.



Y hoy me dedico a hacer llegar este mensaje de cambio a las familias a las que les apetezca escuchar, porque hay algo de lo que estoy convencida, y es que esta manera de criar en la que les ofrecemos CONTACTO a nuestros bebés, CAMBIARÁ EL MUNDO, pues estamos colmando de Amor a los seres humanos en el momento más importante de sus vidas, transmitiéndoles el mensaje de que el mundo se basa en el Amor.

   Así que sí, esta es nuestra historia, pero ¿no crees que pueda ser la tuya? ¿No te gustaría encontrarte también con la Magia del Contacto y sus beneficios?



Y tú... ¿qué cosas has descubierto con tu maternidad? 
¿Se ha apoderado de ti la Magia del Contacto?

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Los beneficios del masaje infantil, por Emma Carrasco


   Cualquier mamá, papá, abuela... que haya probado a dar un masaje a un bebé, no necesita saber más sobre los beneficios del masaje. Disfrutar del contacto de su tierna piel, de sus miradas absortas en nuestra cara, de sus balbuceos y sonrisas... TODO ESO ES YA UN REGALO ENORME PARA CUALQUIERA.

   Pero aun así es importante poner de manifiesto que el masaje a bebés conlleva innumerables beneficios y ventajas, tanto para quien lo da, como para quien lo recibe.

   *Para la mamá, papá o persona que ofrece el masaje* 

- Implicará un momento de relajación, que aportará una mejora del sistema inmunitario y una mayor oxigenación de la sangre entre otras tantas cosas. En mamás que acaban de dar a luz, puede incluso evitar tristezas o depresiones posparto.

- El masaje nos ayuda a conocer de una forma muy íntima y cercana las necesidades de nuestro bebé, que no deja de ser un ser que acaba de nacer y al que estamos conociendo poco a poco, y podremos anticiparnos a estas necesidades. 


Imagen extraída de Morguefile

Esto hará que seamos mamás y papás más seguros de nuestra capacidad de atender a nuestro bebé de un modo perfecto.


    *El bebé se colma de beneficios* 

- El masaje es una caricia muy profunda con un ritmo y dirección estipulada, y ya nadie duda de lo indispensable de recibir caricias para crecer sano emocional y físicamente.

- El tacto es el único sentido indispensable para la vida, podemos conocer a personas con discapacidad auditiva o visual, pero ¿conocemos a alguien que carezca del sentido del tacto? Para los bebés es aún más importante, ya que durante los primeros años de vida este sentido es el que les ayuda a formar un esquema del mundo que les rodea.
Ellos se comunican y aprenden mediante este sentido, por ejemplo introducen sus manitas en la boca para comprender que forma tienen o incluso que éstas forman parte de su cuerpo. 

- Se sienten realmente protegidos al ser tomados en brazos porque se encuentran apretados y contenidos. Por eso, masajear al bebé es el mejor modo para mostrarles cuanto los queremos, ya que a través de la piel pueden comprenderlo y disfrutarlo.
El masaje, por tanto, también influye directamente en la formación del carácter, hace que se sientan queridos y respetados, lo que formará adultos seguros de sí mismos y con una actitud positiva frente a la vida.


- Nuestras manos lo harán sentirse contenidos con el masaje, lo que producirá en el bebé una sensación de seguridad. Liberará endorfinas, que le harán sentirse relajado y feliz
Un bebé que se siente seguro y relajado es un bebé tranquilo, que dormirá por periodos más largos y de una forma más profunda, con menos episodios de llanto a lo largo del día, que se enfrentan mejor a las situaciones de separación como la guardería,…

- También nos ofrece la posibilidad de ayudar a nuestros hijos a encontrar una vía de comunicarnos sus miedos o su cansancio.
Los bebés carecen de la capacidad adulta de ir liberando parte del estrés del día a día poco a poco. Ellos van acumulando estas emociones hasta acabar agotados, mostrando su malestar con un llanto inconsolable. 
Con la sesión de masaje el bebé libera de un modo positivo estas tensiones evitando las explosiones de llanto. Pero a veces ocurre que después de una sesión intensa de masaje, el bebé comienza ese mismo llanto, en estos casos el bebé está expresando ese agotamiento emocional extremo.

- Al tener bebés tranquilos, tendremos bebés más sanos. Su sistema inmunitario se debilita en situaciones de estrés, pero un bebé masajeado es un bebé relajado.

- Los bebés al nacer aún no han madurado algunas de las funciones de su organismo, por ejemplo el sistema gastrointestinal. 
Muchas familias sufren viendo cómo sus bebés sienten molestias por gases. Esto se debe a que el aparato digestivo funciona de un modo precario durante las primeras semanas de vida. Mediante ciertos pases de masaje, ayudamos a vaciar su intestino aliviando su desasosiego. Además, mostraremos a su organismo el modo de trabajar de forma más eficiente, acelerando el proceso madurativo de este sistema.

- El masaje de pecho incrementa la capacidad respiratoria ampliando la oxigenación de la sangre. Esos mismos pases nos ayudarían también en situaciones de mucosidad en el pecho, ya que ablandaríamos la flema y al ampliar la capacidad de los alveolos, favoreceríamos su expulsión.

- El sistema nervioso al nacer también es inmaduro. Los bebés vienen al mundo con un número limitado de conexiones neuronales, las imprescindibles para poder reaccionar ante situaciones de hambre o frío, para elaborar gestos que produzcan en los adultos la sensación de enamoramiento,… La maduración de este sistema se realizará durante los primeros años de vida, y dependiendo de la calidad de experiencias que le aporte el entorno, éste será más o menos rico. Esto supone por ejemplo, que si tiene la posibilidad de alcanzar un coeficiente intelectual entre X o X+2, un bebé sin estímulos (como por ejemplo un bebé de un orfanato en Etiopia) alcanzará X, pero un bebé estimulado adecuadamente podrá alcanzar su máximo potencial X+2.





    El masaje es magia. 

Nos ayuda a enamorarnos, a fomentar la comunicación desde la primera etapa de vida, a formar niños alegres y sanos, estimula su crecimiento, abre el apetito, "moldeamos" futuros adultos felices, aliviamos enfermedades,… 


Y más y más y más. ¿Qué más se puede pedir?

Sin duda el masaje es una herramienta que recomiendo a todas las familias. Y que disfruto con mis hijos desde hace años.


Emma Carrasco, Educadora y Representante en Baleares de la Asociación Española de Masaje Infantil (AEMI).


     Para más información, os dejamos el blog de Emma, Caricias para toda la Vida, donde encontraréis información sobre el masaje y sus talleres. Además, os recomendamos seguirla en su página de Facebook, donde comparte y publica a diario información interesante relacionada con el contacto y la crianza.

    Antes de despedirnos, contarte que sus talleres de masaje te ofrecen la magia del contacto, que es un regalo para toda la vida, para ti, pero sobre todo para tu bebé. Una inversión de futuro.

Y por supuesto, contamos con ellos en A-brazos, ¿cómo no?
Te cuento 3 cosas que te va a aportar cualquiera de sus talleres, para abrir boca:

1- Descubrir y/o potenciar el placer del tacto y del contacto con tu bebé, tanto para ti, como para él o ella

2- Poder aliviar gracias al masaje diversas molestias con tus propias manos sobre su cuerpecito

3- Otra manera de comunicación con tu bebé a través de gestos, miradas, palabras, soniditos... descubriendo qué le gusta, qué le hace sentir mejor, qué momento es el mejor para tu hijo o hija



Y tú... ¿has pensado en disfrutar de la magia del contacto mediante el masaje?