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viernes, 13 de octubre de 2017

El parto fisiológico


    Quizás hablar de embarazo y parto parece que se aleja de nuestra temática habitual, del contacto y del porteo...
¡Pero no! Hablar de estos temas es también hablar de contacto, de bebés, de sus necesidades y de las nuestras, de lo que la naturaleza tiene previsto para el ser humano en este proceso de la vida.

El embarazo es el inicio del ser humano, y es importante, muy importante... Lo que ocurra en esta etapa y en la experiencia del parto y nacimiento lo pondrá más o menos sencillo para lo que ha de venir después, así que te animo a seguir leyéndome...


    Cuando una mujer está embarazada se sumerge en un mar de información, buscando todo lo que piensa que puede ser bueno para ella y para su bebé.

Nos adentramos en un mundo nuevo para nosotras, sin esa tribu en la que vivir de cerca la maternidad de nuestras hermanas, primas, vecinas...
Porque, no nos engañemos, la maternidad y la paternidad no son la prioridad en una sociedad que lleva al padre a trabajar a los veinte días del nacimiento de su cachorro (en el mejor de los casos), y a las madres a las dieciséis semanas.

Así, nos encontramos buscando qué hacer, qué preparar, e incluso en ocasiones, preguntándonos qué sentir.


    La maternidad plena, la maternidad gozosa, es posible.

    Sí, desde que tenemos el deseo de ser madres, pasando por el momento de acompañar a nuestro bebé durante el embarazo y el parto, y también en el acompañamiento durante la crianza.

Pueden surgir momentos de debilidad, de agotamiento, de “¿quién me manda a mí meterme en esto?”, pero a pesar de ellos, disfrutar de esta etapa de la Vida se convierte en maravilloso.


    Centrándonos en ese periodo de embarazo y parto, hay muchas cosas que podemos hacer para reconectarnos, crecer y redescubrirnos como mujeres y como madres.

Cada una encontrará el camino para conectar con esa esencia femenina y acompañar desde ahí a su bebé.


    Personalmente hace tiempo que empecé a intuir que es un momento mágico, y terminé de descubrirlo tras el nacimiento de mis hijos.

Es un momento para disfrutarlo, porque cuanto más lo hagamos nosotras, más gozarán a su vez nuestros bebés de su nacimiento, cosa que se está descubriendo en estudios recientes que marca en gran medida a cada individuo.


    El parto es un proceso fisiológico, lo que quiere decir que no tenemos que hacer nada de manera consciente, ni para que se ponga en marcha, ni para que avance. Pero, y aquí está probablemente el quid de la cuestión, quizás en lugar de hacer haya que “dejar de hacer”.

Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se han hecho extensibles a los Organismos relacionados con la atención al parto en nuestro país, en un parto normal debe existir una razón válida para interferir en el proceso natural.

Además, añadiremos que debería ofrecerse un ambiente que favoreciese ese proceso natural, dependiendo de lo que cada mujer necesite en ese momento particular.


    Lo que favorece el parto…

    Profundizando un poco más en la fisiología de un parto normal, indicaremos que hay una cascada hormonal que se pone en marcha al inicio de éste. No se sabe muy bien cuál es exactamente el desencadenante principal, puede que sea la unión de varios factores, empezando por la madurez del bebé.

Lo que sí se sabe que la oxitocina es la hormona fundamental durante el proceso. Una hormona que en muchos círculos se conoce con el nombre de la ‘hormona del amor’.


    La oxitocina natural o endógena, es decir, la que cada mujer segrega en el parto, hace que éste sea vivido con menos estrés por parte de mamá y bebé, ayuda a que la mujer segregue endorfinas (analgésicos naturales) y aumenta el umbral del dolor, entre otros efectos. Además, tras el nacimiento, el inicio del vínculo mamá-bebé, ese momento lleno de felicidad, está también fomentado por esta maravillosa hormona.

Así, todo lo que favorece que el parto avance de manera natural, es decir, las circunstancias que permiten que la secreción de oxitocina sea la idónea, con todo lo que esto conlleva, es lo que necesita una mujer de parto.


¿Y lo que no necesita?

    Dado que la oxitocina es la hormona “del amor, de la calma y del contacto”, es inhibida por la adrenalina, que liberamos cuando nos sentimos en peligro, tenemos miedo, estrés o frío. Y cualquier situación que nos haga liberar adrenalina hace que el parto se pare.


    Hoy, algunas de las prácticas que se realizan de manera rutinaria en la atención hospitalaria del parto pueden hacer que esto ocurra.

A modo de ejemplo, el hecho de que no permitan a nuestro acompañante estar todo el tiempo a nuestro lado, o que la atención del personal no sea respetuosa hacia nosotros, o que cuando nos encontramos seguras en una sala tengamos que cambiar a otra llena de luces y aparataje médico puede frenar el trabajo de parto, iniciándose una cascada de intervenciones como consecuencia.


¿Cómo podemos cambiarlo?

    El plan de parto y nacimiento es una herramienta a través de la cual las familias podemos expresar nuestros deseos, necesidades y voluntades para ese momento.

Está basado en la concepción autonomista del sistema sanitario, buscando la inclusión de la mujer (familia) en la toma de decisiones, porque se trata de nuestra salud, de un proceso más de nuestra vida, sobre el que tenemos el derecho a decidir. Y la manera de trasladar dichas decisiones a los profesionales de la salud es mediante este documento.


Ya sabes que tanto desde A-Brazos como desde nuestra comunidad 
INSTINTO - Escuela para Mamás - podemos informarte ampliamente sobre el tema:

* Qué es
* Cómo surgió
* En qué se basa
* Cómo puedes presentarlo en el centro en el que vas a dar a luz 
* Podemos hablar extensamente de las necesidades de la mujer, y por supuesto, no nos olvidamos de las necesidades del recién nacido
* Te contamos cuáles son las últimas recomendaciones en cuanto a las prácticas aconsejadas y desaconsejadas en los partos y nacimientos


Si necesitas ayuda, ya sabes dónde encontrarnos, estaremos encantadas de acompañarte <3





** Este artículo fue escrito inicialmente para la revista Aarti.

lunes, 21 de noviembre de 2016

La pelvis en el embarazo *



El cuerpo femenino en todo su esplendor, eso es el embarazo, así lo siento.


Cada vez que he estado embarazada me he sentido plena y capaz, poseedora de algo muy valioso, la capacidad de acompañar a la Vida que crecía y se abría camino a través de mí.
Y esto es así porque nuestro cuerpo está diseñado de manera perfecta, me maravilla cómo nos transformamos en esta etapa... en este caso en el ámbito más físico y terrenal.

      Hoy siento que una parte importante de todo este mecanismo al servicio de la vida es nuestra pelvis, nuestra maravillosa pelvis.

      Desde que un pequeño bebé anida en nuestra matriz, siendo tan solo unas pocas células que se dividen una y otra vez, empiezan a producirse cambios, sutiles al principio, y mucho más evidentes a medida que va pasando el tiempo de la gestación. Nuestra pelvis es la protección del bebé que habita seguro en su interior, es la fuerza que le acompaña cada día hasta el momento del nacimiento, es la que le balancea al ritmo materno mientras crece, es su contención.
La pelvis se adapta perfectamente a los cambios anatómicos que ocurren en el embarazo, a la recolocación de los órganos en su interior, está preparada para ello. Las mujeres disfrutamos de esa facilidad de ser un nido apacible durante estos meses sin muchas veces ser conscientes de ello.



      Nuestra pelvis es móvil, cuenta con múltiples articulaciones que le permiten colocarse y recolocarse para atender las necesidades del momento, como por ejemplo la sínfisis del pubis o las articulaciones que la unen al trocánter del fémur de cada una de las piernas. En función de los movimientos que realizamos, conseguimos abrir más o menos diferentes ángulos que son muy importantes para el descenso del bebé durante el nacimiento.

      Yo nunca pude imaginar que de mi pelvis pudieran obtenerse tamaños espacios, porque son mucho mayores de lo que podemos visualizar en principio; si nos paramos a observar y a sentirla, dimensionaremos realmente su tamaño y su capacidad de movimiento.

El lenguaje no verbal del parto
      Durante el parto, una mujer es capaz de ayudar a bajar a su bebé a través del canal que la pelvis le ofrece; de manera instintiva seguramente seríamos capaces de abrir nuestra pelvis justo de la manera en que nuestro bebé nos lo está pidiendo, y digo seguramente, pero sé que es así. Nuestro cuerpo nos dicta los movimientos si lo sentimos y nos adentramos en el trance del parto, aunque haga muchos años que dejamos de escucharnos.
      
       Yo misma empecé a reconocer y reconectar con mi pelvis durante el embarazo de mi pequeña gracias a mi doula, que me mostró lo que mi cuerpo era capaz de hacer. 
Mi pelvis en movimiento al servicio del nacimiento de mi bebé, qué gran descubrimiento este de que mi cuerpo tiene la sabiduría para acompañar ese momento. Cómo abrí mi mente y aumentó mi confianza...

      El lenguaje no verbal del parto es fascinante, yo estoy cada día más embelesada con ello. Es una danza de movimientos armoniosos y poderosos, abriendo camino, buscando los espacios de los que disponemos gracias a la gracilidad y movilidad de esta zona tan femenina. 
Por eso, tomar contacto, visualizar, sentir e integrar las sensaciones que nos produce el redescubrimiento de nuestra pelvis es algo maravilloso para vivir y movernos desde una mayor conciencia en el embarazo y para prepararnos para el parto.

       Nuestra pelvis está conectada con otras zonas de nuestro cuerpo; si estas zonas están bloqueadas, de forma consciente o inconsciente, también lo estará la pelvis. Además de esto, es una zona que guarda mucha memoria corporal, por lo que otra posible causa de bloqueo puede ser que nuestro cuerpo, para no conectar con sensaciones, información y/o vivencias de cualquier momento de nuestra vida, tense los músculos, como hacemos cuando intentamos retener el llanto tensando la musculatura del cuello.
Es importante tomar conciencia, permitirse tiempo para descubrir y conectar con ella, desde la suavidad y el respeto, porque no siempre puede resultar fácil, por varios motivos.

       En A-Brazos realizamos clases semanales de Conexión en el Embarazo, donde la toma de contacto con la pelvis es uno de los puntos fuertes, además de la respiración, visualizaciones, afirmaciones u otras formas de liberar bloqueos que pueden estar tensando los músculos y bloqueando su movimiento libre, fluido y armonioso.

Imagen extraída de Morguefile
Y tú... ¿has descubierto la magia que se esconde en tu cuerpo? 
¿Te dejas llevar por el instinto?


*Artículo originalmente escrito para Aarti, revista distribuida en Ibiza.